El argentino Alfredo Santa Cruz por fin ha visto otro de sus sueños hecho realidad: su bioconstrucción, un modelo amigable con el medio ambiente a partir de botellas de gaseosa vacías, ya está listo. Y decimos que es otro de sus sueños porque Santa Cruz es el artífice de 59 estructuras más de este tipo en varios países de toda Sudamérica. Hoy le tocó el turno al Oriente Antioqueño, y en Vida Más Verde le contamos la historia.
Bien dicen por ahí que las crisis son oportunidades ocultas, y esto mismo fue lo que le sucedió al argentino Alfredo Santa Cruz, quien a partir de los problemas económicos que vivía Argentina, sumado al hecho de no tener con qué hacerle una casa de muñecas a su pequeña hija, le obligó a tener que dejar su oficio de electricista y dedicarse al reciclaje para poder sostener a su familia, conformada por su esposa y tres hijos. “Al final le fabriqué una casa a mi hija luego de muchas experiencias y jamás pensé que terminaría en esto: un descubrimiento muy interesante y la posibilidad de alcanzar soluciones sociales para familias humildes”, comenta jocosamente Alfredo, que no contento con el regalo para su hija decidió hacer una casa museo que es visitada por miles de turistas cada año. En esta bioconstrucción se pueden encontrar armarios, camas y mesas hechas de material reciclado.
Puerto Iguazú le abre las puertas
La familia de Santa Cruz decide buscar fortuna en otro lugar, y por ello deciden trasladarse a Puerto Iguazú, ciudad argentina que está ubicada al norte del departamento de Iguazú, en la provincia de Misiones. Allí, con la necesidad mezclada con la curiosidad, Alfredo comienza a percatarse de que trabajar con botellas de plástico no retornables es una gran posibilidad, además de que este modelo de autoconstrucción tiene como fortaleza principal que saca de circulación millones de botellas que hay en el mundo y que lo hacen todo un basurero.
Y llegan las oportunidades
Ya con la casas listas, la de muñecas y la museo, más unos ahorros, Alfredo decide ponerse en contacto con varios empresarios de la región para contarles su experiencia y generar en ellos cultura de modelos de autoconstrucción para proyectos de interés social, económicamente viables y en equilibrio con el medio ambiente. “La casa ecológica de botellas, es un proyecto auto sustentable, que reúne elementos interesantes, creativos e ingeniosos, qué permiten reflexionar y tratar de cambiar nuestra conducta ambientalista. La actividad que desarrollamos es la reutilización de nuestros propios residuos y de otros que podemos adquirir, comprándolos a familias que viven de la recolección de desperdicios. Al usar botellas, latas, sunchos, tetra pak y otros empaques, podemos sacar de circulación millones de envases. Es de esta manera como cuidados el planeta y hacemos nuestro aporte a él”, afirma el argentino.
La llegada a Colombia
Carlos Alberto Yepes, director del Centro de Ciencia y Sensibilización Ambiental de Antioquia, fue el encargado de traer al país a Santa Cruz, debido a que se dio cuenta de que hacer ecoladrillos con botellas rellenas de paquetes de papitas y otros desechos le traería problemas biológicos debido al desarrollo de bacterias en los residuos. “No se preocupe Carlos, use botellas vacías unidas por un nylon que se saca de ellas mismas o con tornillos. Tenemos unidas una botella entera y otra cortada por la mitad. Así, los ladrillos quedan firmes y bien sustentables, al punto que soportan un techo de cualquier material. La cámara de aire de la botella las hace más rígidas. Una vez están unidas se construyen paneles de más de un metro, que son paredes prefabricadas y que pueden ser revocadas sin problema”, fue la respuesta que Santa Cruz le dio a Yepes para solucionar el inconveniente.
Además de construir su primer modelo de bioconstrucción en Guarne, Santa Cruz también fue invitado a dictar un seminario taller donde los asistentes aprendieran la técnica y el proceso de construcción alternativa a partir del PET reciclado, proveniente de botellas no retornables. Durante este evento los asistentes construyeron una compostera, un vivero y una casa, y aprendieron las técnicas para construir la casa museo de la Ecogranja, donde funciona el centro ambiental en la vereda El Sango, en el municipio de Guarne. «La bioconstrucción es una construcción para gente humilde para que salga de las chozas en las que vive. Intentamos alcanzar una solución ecológica, social y económica. No somos ingenieros, arquitectos ni maestros de obra, somos personas que hemos tenido la bendición de haber hecho este descubrimiento fantástico y que enseñamos gratuitamente a todas las personas que les interese», manifestó Alfredo.
El futuro
“Mi sueño es construir un barrio. Ya recibí la propuesta de un empresario en Argentina para que haga 16 viviendas. Excelente sería que esta experiencia de Guarne se replicará por toda Colombia. Aquí queda iniciado este proyecto pero la idea es hacer la bioconstrucción más grande del país: una casa de 180 metros cuadrados únicamente con botellas vacías”, comentó Alfredo Santa Cruz.
Algunas cifras
- Una casa prototipo puede contener:
– 1300 cajas de leche y vino (Tetra Pack) en el techo.
– 1200 botellas plásticas (tipo PET) en sus paredes.
– 140 cajas de compact-disc en sus puertas y ventanas.
– 120 botellas plásticas (tipo PET) en los sofá.
– 200 botellas plásticas (tipo PET) en la cama.
- Solo en Colombia se estima que a diario se botan más 15 millones de botellas.
- Algunas ventajas de la bioconstrucción: paredes termo acústicas, costos y es antisísmica, además de la solución ambiental.
Y usted amigo lector, ¿le gustaría vivir en una bioconstrucción? Nos gustaría mucho conocer su respuesta.
Con información de:
www.noticiasorienteantioqueno.wordpress.com