Calanoa es un hermoso ecolo-lodge en medio de la selva amazónica y al lado del río más caudaloso del mundo; nació como un proyecto de arquitectura sostenible concebido por Diego Samper y su esposa Marlene, dos amantes de la Naturaleza, que han estado en recónditos lugares buscando temas para las fotografías de Diego, reconocido fotógrafo colombiano.
Calanoa está situado a 60kms al oeste de Leticia, la capital del departamento del Amazonas en Colombia. Muy cerca está el Parque Natural Amacayacu y varias comunidades indígenas de la etnia Tikuna. El objetivo de este proyecto es la conservación de la diversidad biológica y cultural de la región. Es así que los visitantes que llegan allí, desarrollan actividades que les permiten observar el bosque, a través de interesantes caminatas, navegar por el río y las lagunas y visitar algunas comunidades indígenas con el fin de comprender, por un lado, lo importante que son estos ecosistemas amazónicos y su vulnerabilidad, y por otro, conocer cómo viven hoy en día los indígenas, tratando de mantener su cultura a pesar de la influencia de nuestra civilización.
La arquitectura de las cabañas de Calanoa conserva una estética inspirada por el entorno. Los techos son altos y las paredes no existen, las remplazan los anjeos. Esto permite una agradable circulación del aire. Además la transparencia del anjeo hace posible que haya luz durante más horas. Allí la electricidad es escasa: se alumbra con velas y linternas. La madera para la construcción fue extraída de una manera muy especial para no impactar la selva, además fue escogida con la asesoría de indígenas conocedores de su resistencia y duración. Los techos están hermosamente cubiertos por palmas tejidas también por expertos indígenas de la comunidad Mocagua, vecina de Calanoa. El mobiliario fue fabricado in situ por Diego, y Marlene se ha preocupado por lograr una decoración sobria y muy bella utilizando artesanías de los indígenas.
El agua de lluvia se recoge y se lleva a un estanque que alimenta las cabañas. A los visitantes se les advierte de la importancia de utilizar este recurso de forma muy racional, pues aunque el río pasa a un lado, sus aguas no son aptas para el consumo.
Las fuentes de energía son una planta de gasolina que funciona un corto lapso de tiempo debido al alto costo del combustible y la dificultad de llevarlo a este remoto lugar. La energía de la casa principal se obtiene a través de un panel solar que produce 40 vatios y alcanza para iluminación y recarga de baterías. En la cocina, Diego construyó un hermoso y práctico horno con arcilla, inspirado en un caracol. Allí él mismo prepara el pan que se ofrece al desayuno. También lo aprovechan las cocineras, indígenas, que deleitan a los turistas con manjares del lugar.
Los jardines de frutales atraen aves, micos y otro tipo de fauna, y además proveen de frutas frescas a los visitantes. Se está haciendo una colección de plantas útiles de la región.
Se pueden hacer diferentes paseos en bote a lugares cercanos como al hermoso pueblo de Puerto Nariño en la frontera entre Colombia y Perú o a la laguna de Tarapoto, donde es posible apreciar las plantas acuáticas, típicas de la amazonía, las victorias regias, y nadar cerca de los delfines rosados. Calanoa cuenta con un sendero en medio del bosque donde se observan diversidad de plantas, árboles centenarios, hongos de toda clase de formas y colores, insectos y, en fin, maravillas de la Naturaleza que deleitan a las personas que les gusta estar en contacto con ella.
Si desean conocer más, pueden entrar al blog de Calanoa.
Fotos: Diego Samper