El gigantesco vertedero de basura llamado “Jardim Gramacho”, localizado en las afueras de Río de Janeiro, considerado como el mayor de América Latina y que recibió miles de toneladas durante más de 30 años, cerró sus puertas y de esta manera entrará en un proceso de recuperación ambiental.
En la ceremonia que sirvió para marcar el cierre oficial del vertedero, participaron el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y la ministra brasileña de Medio Ambiente, Izabella Teixeira.
Pero algo que vale la pena resaltar es que en los 1,3 millones de metros cuadrados que ocupa el vertedero, se instalará ahora una planta de biogás que pretende transformar el metano de la descomposición en «gas verde».
“Estamos dando fin a un crimen ambiental que hace más de 30 años contaminaba Río de Janeiro”, aseguró el alcalde de la ciudad, que simbólicamente colocó un candado en la entrada del vertedero.
“Para sustituirlo construimos el Centro de Tratamiento de Residuos Sólidos más moderno de América Latina”, agregó Paes al referirse a la planta que funciona hace algunos meses en Seropédica, a 75 kilómetros de la ciudad.
El Jardín Gramacho recibió durante 34 años la mayor parte de la basura procedente de Río de Janeiro y de Duque de Caxias, el municipio del área metropolitana de Río en que queda el vertedero.
Sin embargo, este cierre ha ocasionado controversia entre un gran número de personas que comercializaban el material que encontraban en este basurero.
«Por cada kilogramo de cobre nos pueden llegar a pagar hasta nueve reales (4,5 dólares), dos reales (1 dólar) por un kilogramo de aluminio y un real (0,5 dólares) por kilogramo de plástico», explicó Xinhua Antonio, uno de los recolectores que desde hace ya varios años trabaja en este tipo de reciclaje.
El cierre definitivo del vertedero estaba previsto para abril, ya que la intención de la alcaldía siempre fue cerrarlo antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable Río+20 que la ciudad acogerá entre el 20 y el 22 de Junio. Sin embargo el ayuntamiento de Río de Janeiro lo aplazó ante la falta de un acuerdo con quienes viven de reciclar basura y que se asociaron hace menos de dos años para pedir 21 millones de reales (unos 11 millones de dólares) como indemnización.
Fuente :elcomercio.pe/mundo
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