Como preámbulo a la cumbre medioambiental Río +20 que se llevará a cabo en Brasil el próximo mes de junio, el gobierno de la presidenta brasileña Dilma Rousseff se encuentra próximo a aprobar un decreto que fija reglas y establece un porcentaje mínimo obligatorio de compra de «productos verdes» en las licitaciones públicas de Brasil.
Esta buena noticia, que sin duda le dará al país un empuje significativo en su desarrollo sostenible, tendrá en cuenta las contrataciones estatales de productos y servicios que generen menos residuos, así como ahorro de agua, materias primas y energía. En otras palabras, se dará prioridad a las ofertas con la menor huella de carbono.
«Como un ente público es un gran comprador, se induce así a todo el mercado a comprar productos sustentables. Nuestra idea es incentivar al sector privado a hacer lo mismo dentro de sus programas», dijo la secretaria de Articulación Institucional del Ministerio de Medio Ambiente, Samyra Crespo.
Es de anotar que en 2010 solo el 0,07% de las compras gubernamentales de Brasil fueron sostenibles. El plan es elevar significativamente este porcentaje y de una vez alentar a la empresa a privada a seguir los pasos del gobierno.
La iniciativa, según el diario Folha de Sao Paulo, forma parte de la agenda de propuestas que el gobierno quiere llevar a la cumbre de desarrollo sustentable Rio+20, la conferencia de la ONU que se realizará en junio en Rio de Janeiro.
Brasil quiere «dar ejemplo» y obtener el compromiso público de algunos de los mayores consumidores del planeta, empresas, escuelas, hoteles, hospitales, centros comerciales, sector público y otros, para que adopten las cuotas mínimas de compra de «productos verdes» que perjudiquen menos el medio ambiente.
El Programa de Contratación Pública Sostenible de Brasil tiene en la actualidad 548 productos en catálogo. Sin embargo como parte de la estrategia de sostenibilidad, se quiere incluir los productos de aire acondicionado y de limpieza.
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