El funcionamiento de una piscina natural
El secreto de una piscina natural está en que la depuración del agua la hacen las plantas, es una regulación biológica, pero en su diseño es preciso hacer una distinción entre la zona de baño (con mayor profundidad), y el área en la que se encuentran las plantas acuáticas, de apenas unos centímetros. En las instalaciones de estos ‘biotopos‘ se hace imprescindible el conocimiento de la relación entre agua, flora, y fauna, pues es imprescindible garantizar la aparición de los microorganismos necesarios para mantener el equilibrio en el agua.
La superficie destinada a las plantas acuáticas tendrá mayor o menor protagonismo según el tipo de piscina, pudiendo tener o no una bomba que haga circular el agua desde la zona de baño a la de plantas, con la intención de facilitar su depuración. El agua luego regresa al vaso de la piscina a través de pequeñas cascadas y arroyos, elementos que hacen aún más atractivas estas piscinas.
La tipología de piscina natural más extendida es aquella en la que aproximadamente un tercio de su superficie está destinada a zona de regeneración, contando con la instalación de un skimmer flotante y una bomba, con potencia suficiente para provocar la circulación del agua. Este método ayuda a que el agua esté clara y se reduzca la aparición de sedimentos en el fondo del vaso, el cual se puede limpiar con un limpiafondos especial para piscinas naturales.
Algunas consideraciones sobre las piscinas naturales
Una piscina natural puede tener cualquier tamaño, desde una pequeña poza, hasta el de una piscina municipal. Aunque no es aconsejable tener peces, se pueden introducir en una primera fase, con el fin de ayudar en el proceso de regeneración. Pueden aparecer ranas, pero éstas se quedan en la zona donde están las plantas (en el perímetro del vaso de la piscina), su presencia servirá para controlar la aparición de larvas y mosquitos.
Una piscina natural solo se tiene que llenar una vez de agua, aunque necesitará aportes para compensar el volumen que se pierde por evaporación, más acuciada en la época estival, y al menos una vez al año hay que limpiar su fondo. Al ser un ecosistema, no se tiene pleno control sobre él, por eso el agua no es cristalina desde el principio, pero se puede conseguir introduciendo un filtro especial, y la cantidad apropiada de plantas.
A determinadas personas no les agrada la presencia de pequeños bichos, por eso en algunas piscinas naturales públicas se ha separado por completo la zona de plantas de la de los bañistas. Al escaso mantenimiento que tiene, hay que añadir la recogida de las hojas en otoño, algo que puede facilitarse con el uso de redes especiales para estas piscinas, o con la instalación del skimmer.
Si tienes pensada la construcción de una piscina en tu casa, y dispones de espacio suficiente en tu jardín, puede que aún estés a tiempo de optar por una construcción más ecológica, decidiéndote por un de estas piscinas naturales, y llenarla de estupendas rocas, plantas, y cascadas.
¿Y tú, ya las probaste? Vida Más Verde te invita a que nos cuentes la experiencia con las piscinas ecológicas.
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Con información de: Labioguia.com
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