África es un continente con todo tipo de paisajes, regiones, ecosistemas, muy rico en recursos naturales, pero con una problemática social muy aguda en muchos de sus países. En días pasados les hablamos en Vida más Verde del mineral coltán, materia prima para la producción de tecnologías como celulares, GPS, equipos de sonido, cuya extracción está asociada a grupos armados, explotación de menores y todo tipo de violencia. El presente artículo trata sobre una de las zonas más pobladas y con mayor biodiversidad del continente africano que se está viendo afectada por la extracción de petróleo. Se trata de Nigeria y su delta del río Níger.
En la región oeste de la zona tropical de África, el gran delta del río Níger cubre una extensa área de unos 70.000 km2. De éstos, 20.000km2 son humedales. Allí, alrededor del delta, se asientan más de 20 millones de personas de diferentes grupos étnicos. Sus llanuras o planicies de inundación representan el 7.5% de la masa total de Nigeria y es la tercera cuenca de drenaje de África.
Este sistema natural posee una de las mayores concentraciones de biodiversidad en todo el planeta. Aparte de sostener gran cantidad de fauna y de flora, sus suelos y sus ríos son lo suficientemente ricos para permitir diversidad de cultivos, bosques tropicales y la mayor cantidad de especies de peces de agua dulce en comparación con cualquier otro ecosistema del África del Oeste.
Desafortunadamente para el delta del Níger, se descubrió petróleo en esa región. Las excavaciones se iniciaron en los 60 y en 1976 llegaron las grandes compañías petroleras. Desde ese momento ha habido una indiferencia y negligencia total por parte del gobierno de Nigeria y de los petroleros para ejercer un control justo sobre los problemas ambientales y sociales generados por la extracción del crudo. Es importante anotar que el 40% de las importaciones de crudo de Estados Unidos, provienen de este lugar.
La Corporación Nacional de Petróleo de Nigeria admite que cada año, como resultado de casi 300 derrames individuales, se arrojan al medio ambiente cerca de 2.300 m3 de petróleo. Esta cifra es sin tener en cuenta los derrames “menores” que se presentaron entre 1960 y 1997, y que pueden aumentar el estimado en 100 millones de barriles (16 millones de m3).
Una de las principales razones por la que se dan estos derrames es por la falta de mantenimiento. Las tuberías son viejas, corroídas y, aunque tienen un estimado de vida de 15 años, se pueden encontrar algunas que no han sido cambiadas en 25 años o más. Los tubos que presentan fugas y el uso de tanques oxidados son los culpables de casi el 50% de todos los derrames.
Los ecosistemas han sufrido un enorme impacto. Grandes extensiones de manglares han sido destruidos junto con la flora y la fauna que allí se encontraban. Los ríos y los peces se han contaminado y las cadenas alimenticias, incluyendo a las poblaciones humanas, se han visto afectadas.
Las diferentes etnias que están asentadas en esa región, han sido poco o nada atendidas por el estado y la mayoría de ella vive bajo el umbral de la pobreza. Sus tierras de cultivos son escasas, al igual que el agua y la pesca debido a la contaminación. El dinero que le entra al estado de Nigeria por la extracción del petróleo equivale al 50% del PIB, pero no hay programas de desarrollo para las comunidades que están completamente reprimidas y explotadas; además, fueron víctimas de homicidios a finales de los 90 y principios del milenio, cuando diferentes grupos se enfrentaron para apoderarse del control del petróleo. Hoy en día, subsiste una gran represión por parte del gobierno que impide que las comunidades se manifiesten en contra de la falta de oportunidades. El ejército está presto a acabar con cualquier foco de protesta.
A pesar de la presencia de las fuerzas armadas y debido al mal manejo de las petroleras y de la indiferencia del estado, ha surgido un violento grupo guerrillero, aumentando la gran inseguridad de esta zona.
Al igual que en la historia del coltán, detrás de estos recursos tan importantes para nuestras economías, el desarrollo tecnológico y el funcionamiento de nuestros sistemas, hay una serie de historias violentas. Estas formas de explotación son completamente insostenibles y es inconcebible que empresas que están allí, como Shell, BP, Exxon Mobil, Fonterra o Chevron, no actúen a favor de la población y no hagan nada por la protección de los recursos naturales.
Tomado de: Earth times.org; Ecología verde
Deja un comentario