En Vida Más Verde estamos en una constante búsqueda de proyectos que desarrollan fuentes energéticas alternativas y sostenibles para remplazar los combustibles provenientes del carbón, la gasolina y sus derivados (combustibles fósiles). En esta ocasión, nos hemos encontrado con una iniciativa que crea un combustible para aviones proveniente del pino. El proyecto ha sido desarrollado conjuntamente por dos empresas: Virdia (empresa fabricante de azúcar de bajo costo) y Virent Energy (compañía de bioquímica especialista en biocombustibles).
Según nos reporta el sitio smartplanet.com, el nuevo combustible para avión fue enviado al Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de los EE.UU. para su análisis, en donde pasó a rigurosos exámenes, incluyendo pruebas de estabilidad térmica, realizadas bajo ciertas condiciones en las que los combustibles convencionales de chorro serían un fracaso.
Es de anotar que la empresa Virent ya ha desarrollado combustibles y productos químicos a partir de azúcares de biomasa celulósica. Sin embargo, en este proyecto Virdia utiliza los azúcares generados a partir de árboles de pino, aprovechando su propio proceso de conversión y estableciendo una ruta viable para hidrocarburos a partir de biomasa.
¿Cómo lo hacen?
Virdia utiliza hidrólisis ácida para convertir la celulosa que se encuentra en la biomasa, en azúcares fermentables y lignina. Este proceso, según la compañía, es más eficaz y más barato que la extracción de azúcar del maíz o la caña de azúcar. Aunque el proceso de la hidrólisis ácida no es nuevo, Virdia lo ha mejorado.
Este producto final puede ser utilizado para crear combustibles renovables como el diesel y combustible para aviones, bioquímicos, y aditivos nutricionales tales como levadura para pan así como aminoácidos para la industria de la alimentación animal.
Es importante aclarar que el combustible para aviones proveniente del árbol de pino tiene todavía un largo camino por recorrer antes de su comercialización. Sin embargo sus pruebas seguirán. El costo inicial de la iniciativa asciende a $900.000 dólares y ha sido financiada por el Departamento de Energía de EE.UU., el Ministerio de Infraestructura Nacional de Israel y la Fundación BIRD.
Fuente: www.smartplanet.com/blog
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