El Hearst Tower fue el primer rascacielos declarado edificio “verde” de oficinas en la ciudad de Nueva York, con un número elevado de características medioambientales que lo hicieron acreedor de la prestigiosa certificación LEED Oro. El edificio, originalmente construido en 1928, fue completado ochenta años más tarde por el arquitecto británico Lord Norman Foster, creando un rascacielos de 46 pisos de detención de vidrio y acero, que establece una serie de hitos en cuanto a diseño y sostenibilidad.
Una de las características sostenibles del edificio es que consume un 25% menos de energía de acuerdo a los mínimos establecidos en los códigos vigentes de la ciudad de Nueva York. Para lograr este significativo ahorro energético, se utilizaron estrategias como el sistema de calefacción invisible instalado por la empresa internacional Uponor, a través de 79.525 metros cuadrados de climatización, tanto para calor como para refrigeración, y 45.720 metros de tubería EvalPEX Uponor.
Dos ventajas: confort y ahorro
Según nos cuenta el “newsletter” de Uponor España, el “suelo radiante” (calentamiento del piso a través de tubos instalados debajo de la superficie) aprovecha la temperatura operativa, que es la que proporciona la verdadera percepción de confort.
Este sistema tiene la ventaja de que los rayos solares que atraviesan las ventanas del edificio sólo calientan las superficies en las que inciden y no el aire, siendo el suelo la fuente de calefacción y refrigeración mediante el agua que circula por las tuberías integradas en dicha superficie.
Ausencia de condensación
De acuerdo con Uponor, el riesgo en la instalación de un suelo radiante en un clima cálido y húmedo, como el de Nueva York en verano, es la aparición de charcos de agua en el suelo. Si la humedad aumenta en el interior del edificio y encuentra una superficie a una temperatura inferior al punto de rocío del aire, la humedad podría condensarse. Esta es la razón por la que históricamente no se han utilizado estos sistemas en climas húmedos.
Es por ello que el reto consistió en garantizar que no se produciría condensación bajo ninguna circunstancia, manteniendo la temperatura del suelo por encima del punto de rocío del aire en el vestíbulo del edificio.
Según Brian Schwagerl, Vicepresidente de Hearts, “el suelo radiante funciona excepcionalmente bien tanto en modo calor como en refrigeración, proporcionando una temperatura de confort en cualquier época del año y bajo condiciones extremas de humedad unidas a altas temperaturas”.
Otra forma de climatizar: forjados activos
Otro tipo de climatización de edificios utilizado por Uponor es el sistema de forjados activos que en inglés se conoce como Thermally Active Building. Este sistema emplea la masa térmica del hormigón a través de la incorporación en la propia estructura del edificio de circuitos de tuberías Uponor, para transportar agua destinada a la calefacción y la refrigeración de las instalaciones. De este modo, no solo los suelos, sino los techos y las paredes contribuyen a refrigerar el ambiente de forma perceptible, además de servir de complemento a la calefacción básica del edificio.
Este sistema de forjados activos no sustituye los sistemas de aire acondicionado ni el de ventilación, sino que reduce al mínimo el uso de las tecnologías convencionales, reduciendo el consumo energético. Se trata de un método completamente innovador.
Fuentes consultadas:
www.uponor.es/sala-de-prensa/newsletter/nu