La organización ambientalista Greenpeace le ha declarado la guerra a la empresa petrolera Shell por su decisión de iniciar perforaciones en el Ártico en busca de petróleo, lo cual ha sido calificado por el movimiento medioambiental como “una locura”, por el irreparable daño que se le hará a este glacial, el más pequeño y más septentrional de los océanos del planeta y una de las pocas áreas que aún permanecen vírgenes.
Según Greenpeace, los riesgos de esta operación emprendida por la empresa petrolera son enormes por varias razones. Estas son las más relevantes:
1. La zona del Ártico se considera una de las más difíciles en el mundo para realizar cualquier actividad por las condiciones climáticas (frío, vientos y la presencia de hielo). La perforación y quema de combustibles fósiles es de por sí una mala idea, teniendo en cuenta el acelerado cambio climático, y con mayor razón en una zona frágil y virgen como el Ártico.
Recordemos que el Ártico rodea al Polo Norte y se extiende al norte de Europa, Asia y América, ocupando una extensión de unos 14´100.000 km². Las profundidades de este océano oscilan entre los 2.000 y 4.000 metros en la región central, y los 100 metros en la plataforma continental.
2. Si se llega a perder el control de un pozo (“blow-out”), como le sucedió a la petrolera British Petroleum (BP) en el Golfo de México, se debe perforar un pozo de alivio. Sin embargo, con las condiciones invernales del ártico, el hielo no es apto para ser perforado y se vería imposibilitada cualquier maniobra que permita frenar un vertido de crudo produciendo devastadoras consecuencias. En el caso de provocarse un vertido, existen tecnologías como las barras, pero estas no servirían en las espesas capas de hielo del Ártico. Un alto funcionario de una empresa canadiense especializada en vertidos de hidrocarburos asegura “actualmente no conocemos solución o método alguno realmente capaz de recuperar petróleo [derramado] en el Ártico”.
3. No hay respuesta suficiente en caso de una emergencia, ya que el Ártico queda en una región muy remota, de poca población e instalaciones. En el desastre del Golfo de México se tuvieron que usar 6.000 barcos. El Plan de Contingencias ante vertidos de Shell en el Mar de Chukchi sólo cuenta con nueve.
4. La capacidad de los ecosistemas de latitudes altas para degradar el petróleo es menor que en latitudes más bajas. Es así como la falta de luz solar en invierno y el frío extremo son factores negativos para la degradación del petróleo y éste se mantendría bajo la capa de hielo marino. Un claro ejemplo: más de 20 años después del desastre de la Exxon Valdez en Alaska, todavía se puede encontrar petróleo entorno al Prince William Sound.
5. La fauna del polo norte es altamente vulnerable al petróleo. Ballenas, focas y muchas especies de aves migran hacia el Ártico en verano. Los osos polares y zorros árticos subsisten gracias a los recursos marinos y costeros. Por esto se verán gravemente afectados.
6. La búsqueda de petróleo en el Ártico es costosa a causa de lo antes mencionado: la dificultad para llevar a cabo estas operaciones por las condiciones climáticas. Además no se sabe si las operaciones serán fructuosas porque la empresa Cairn Energy ha invertido millones de dólares para perforar pozos en el Ártico y todavía no ha encontrado petróleo.
La empresa Shell deberá contemplar estos aspectos que plantea Greenpeace, que sin duda, no podrán ser refutados porque son datos con el sustento suficiente para generar un repudio de la sociedad ante esta destrucción del Ártico y todas sus especies.
La campaña de Greenpeace ha sido bastante mediática y han logrado atraer la atención de miles de seguidores alrededor del mundo y ponerlos de su lado para repudiar las intenciones de Shell. ¿Logrará el movimiento parar las intenciones de la petrolera?
Fuentes:
espaciosustentable.com/greenpeace-vs-shell
www.greenpeace.com
es.wikipedia.org/wiki
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