La compañía de energía Ecotricity del Reino Unido adquirió una “bomba para inflar bicicletas” acuática de nombre Searaser que se coloca en el lecho marino y sirve para convertir la energía de las olas en electricidad limpia.
Este aparato, que bombea agua salada hacia un generador instalado en la costa, utiliza el movimiento vertical del agua, haciendo que un gran flotador suba y baje presurizando el agua de la superficie; pero, a diferencia de otras tecnologías que aprovechan también la energía de las olas, éste no genera la electricidad en el ambiente hostil del océano. “Cualquier aparato que se coloque en el océano se debe sellar completamente para evitar que sea afectado por la entrada del agua salada”, dice el inventor Alvin Smith. “El agua y la electricidad no van juntos, y el agua salada es muy corrosiva, de tal forma que la mayoría de los artefactos utilizados para este fin son de fabricación y mantenimiento muy costosos.”
La cantidad de energía potencial procedente de las mareas y las olas generadas en los mares del Reino Unido se considera que es enorme y podría ser de gran importancia para remplazar las plantas que funcionan con gas natural y carbón, productores de gases de efecto invernadero. Pero existe una gran dificultad para hacer aparatos que puedan sobrevivir en el océano; esto ha hecho que la tecnología se concentre en otras fuentes de energías renovables.
Sin embargo, el Searaser produce una cantidad considerable de energía y se cree que tiene un potencial para producir electricidad a mucho menor costo que cualquier otra fuente de energía renovable o convencional.
Ecotricity considera que no es ambicioso pensar que en unos 5 años se hayan podido instalar varios de estos aparatos alrededor del Reino Unido para generar suficiente electricidad que se llevará a unas 236.000 viviendas.
La idea del Searaser se le ocurrió a su inventor, Alvin Smith, cuando estaba en la piscina jugando con una pelota y sintió la energía que ésta producía cuando la presionaba contra la superficie. Asegura que el aparato es extremadamente sencillo, como el inflador de una bicicleta; no contiene lubricantes ni aceite hidráulico. Tampoco es una estructura rígida de manera tal que pueda ir al ritmo del flujo del agua en los océanos.
El gobierno británico planea doblar el subsidio existente a la energía marina y la Corona, que es la dueña del lecho marino que rodea al Reino Unido, redujo hace poco las garantías financieras que requieren los desarrolladores de energías de olas y mareas, en caso de accidentes.
El Reino Unido es el líder mundial en el desarrollo de tecnologías de energía marina y es vital que el sector siga adelantando nuevas e innovadoras tecnologías.
Tomado de: www.guardian.co.uk/environment/2012/jan/23/bicycle-pump-searaser-energy