“En 2011 se vendieron en España unos 800.000 automóviles, pero sólo 380 eran eléctricos y unos pocos miles híbridos. La industria tiene opiniones diversas respecto a estos datos”. Nos llamó la atención esta información que hace parte de un artículo publicado por el sitio Ecoticias.com sobre diversos puntos de vista ante el lento despegue de los vehículos eléctricos en España. A presar de estar mucho más a adelante que Latinoamérica en esta materia, el país ibérico está más atrasado que otros países desarrollados en la comercialización de este tipo de transporte sostenible. Publicamos apartes de este análisis hecho por el sitio español con ocasión de la jornada “Vehículo eléctrico. Una industria del siglo XXI para una movilidad eficiente y sostenible”, celebrada recientemente en Terrassa, España:
Según Fermín Soneira, gerente de desarrollo de la compañía de automóviles SEAT, «las ventajas de los eléctricos aún son poco tangibles para los clientes y las desventajas lo son mucho». La visión de SEAT -y en general del grupo Volskwagen- es que la fase de transición a la movilidad eléctrica ha comenzado pero será lenta. Estiman que en 2020 los vehículos eléctricos supondrán sólo un 5% de las ventas (en España).
En cambio, el representante de Nissan, Javier Redondo cree que la velocidad de implementación en los próximos años será mucho más rápida de lo que podrían hacer pensar las cifras actuales. En su opinión «el reto tecnológico no es sólo de nosotros los fabricantes». Redondo manifestó que «a la fuerte apuesta industrial debe corresponder una apuesta de las administraciones en el impulso de las infraestructuras necesarias para la movilidad eléctrica».
El factor urbano clave
Entre las incertidumbres para los potenciales compradores, se destaca la duración de las baterías que proporciona a los vehículos una autonomía de unos 170 km sin tener que recargar. En este terreno hay dos vías de solución: la mejora de las baterías o la introducción de sistemas de recarga rápida o de sustitución de baterías como el ideado por Better Place. Esta última posibilidad ya está al alcance, mientras la primera avanza más lentamente.
Además hay un factor decisivo: el 97% de los desplazamientos motorizados que se hacen Europa están por debajo de los 150 km y son básicamente urbanos o metropolitanos. La tendencia estadística a que la mayor parte de la población viva en zonas urbanas reforzaría, por tanto, la movilidad eléctrica. La necesidad de mejorar la calidad del aire a nivel local sería otro elemento favorable.
¿Opción hegemónica?
Este es ha sido otro punto de debate durante la Jornada sobre autos eléctricos. Vicenç Aguilera, director general de Business Development de Ficosa, ha dicho que la movilidad a medio plazo no estará monopolizada por una sola opción, sino que estará constituida por un amplio abanico de posibilidades: combustibles convencionales, biocombustibles, eléctricos, híbridos, e hidrógeno. Por su parte, Ramón Comellas, presidente de Circutor, ha defendido la idea de que el vehículo eléctrico «está mejor posicionado para prevalecer ante los biocombustibles y el hidrógeno».
Resistencia al cambio y oportunidad
Tanto Ramón Folch, presidente de ERF, como otros participantes del evento, han hecho referencia a la resistencia al cambio, un factor sociológico que, como en otros procesos de transición, también tiene un papel importante en la movilidad eléctrica. En este ámbito Folch ha enfatizado que «no tenemos alternativa», refiriéndose al hecho de que ya no se podrá contar con petróleo barato.
La principal conclusión de la jornada es que, a pesar del retraso inicial, la irrupción del vehículo eléctrico en España es inexorable y acabará por hacerse oír de manera positiva en un nuevo concepto de movilidad y en diversos sectores económicos.
Fuentes: sostenible.cat – ECOticias.com
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