Una idea bastante ecológica ha surgido de 20 estudiantes de Ingeniería Mecánica y Administración del Tecnológico de Monterrey, México: en bolsas plásticas o recipientes de plástico, envuelven pilas de tamaños A, AA y AAA para ser encapsuladas en una mezcla de cemento, que puede durar hasta 400 años. Esta idea que puede parecer simple, tiene enormes beneficios sobre el medio ambiente. Por una parte se le da una vida útil post-consumo a las baterías y por otro, se crea un material de construcción ampliamente sostenible por su durabilidad.
El proyecto inicial de los estudiantes de la Escuela de Postgrado, Innovación y Empresa, consistió en la construcción de dos bancos en la plaza de Santa Bárbara Almoloya, en Puebla, en las que se introdujeron un total de 40 baterías.
El director del proyecto y catedrático, Said Robles Casolco, describe el proyecto como «muy valioso en términos de sostenibilidad.» Para la construcción de las bancas, los estudiantes utilizaron un cemento patentado en 2011 con el nombre de «Plamarsa». Dicho cemento es fabricado a partir de residuos de la transformación de mármol y desechos de PET (un tipo de plástico muy usado en envases de bebidas y textiles altamente contaminante por no ser biodegradable).
De acuerdo con los estudiantes que participaron en este proyecto, el cemento con pilas encapsuladas abre nuevas posibilidades para el reciclaje de baterías en México y consolida la rehabilitación ecológica de los espacios públicos, tales como pavimentos de las calles, bancos, bases de lámparas, aceras e incluso paredes de las casas.
La contaminación de las pilas
Cada año, México importa 600 millones de baterías recargables, de las cuales 200 millones son ilegales o «piratas». Esto quiere decir que son reutilizadas y vendidos en el mercado de revestimientos frágiles que permiten el derramamiento de los residuos más fácilmente, los cuales están llenos de mercurio.
Al no ser recicladas adecuadamente, las pilas contaminan los suelos de los rellenos sanitarios y las aguas subterráneas. «El problema es grave, sobre todo si tenemos en cuenta que una batería puede contaminar hasta un millón de litros de agua», explicó Rodolfo José Arana, un estudiante de tercer semestre de Ingeniería Mecánica y Administración (IMA), quien también afirma que el consumo de baterías se ha triplicado desde 2007. Entre 1990 y 2006, su desechó un promedio de 10 pilas por habitante.
Fuente: dicyt.com/noticia/encapsulam-se-pilhas-em-blocos-de-cimento-para-evitar-danos-ao-meio-ambiente
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