En las grandes ciudades, una de las mayores problemáticas es la creciente acumulación de dióxido de carbono, generada por el enorme tránsito de automóviles, y con la imposibilidad de ser absorbido ya que existen muy pocos árboles y plantas que son los encargados de tomar el CO2 para realizar la fotosíntesis y, por lo tanto reducir las emisiones de carbono. Las edificaciones en la ciudad de Nueva York son las aportantes de casi un 77% de estas emisiones.
Para intentar mitigar esta situación se está planificando la construcción de uno de los más importantes edificios ecológicos de la ciudad de Nueva York, que llevará el nombre de Solar 2.
Solar One, una organización sin ánimo de lucro especializada en educar sobre sostenibilidad y cuidado del medio ambiente, es la líder de esta idea. El edificio tendrá techos llenos de paneles solares y la vegetación se extenderá a lo largo de sus muros para mantener la frescura en verano y suavizar la temperatura en invierno, dejando pasar el sol entre sus tallos. Pero lo más importante de esta vegetación es que será el principal sumidero de CO2.
Se estima que el costo del proyecto, que contará con una estructura de casi 2.500 metros cuadrados a lo largo del East River en la Calle 23, rondará los 12,5 millones de dólares, de los que ya se ha recaudado algo más de la mitad (6,5 millones).
El edificio no sólo estará diseñado para reducir la huella de carbono, se tendrán en cuenta otros detalles como planificar la reutilización del agua de lluvia o la instalación de las ventanas de modo que no sea necesario el encendido de la luz eléctrica hasta que el sol no se ponga. Además, dispondrá de un invernadero hidropónico -cultivo de plantas usando soluciones minerales en vez de suelo agrícola-, con fresas, lechugas y otros comestibles que podrán degustarse en su Eco-Café. En ese proceso también se prestará cuidado de que los materiales de construcción sean reciclados.
Con esta arquitectura y bajo estas premisas de eficiencia energética, el nuevo edificio no sólo autogenerará la energía necesaria para su consumo sino que, además, se prevé un excedente que se verterá a la red eléctrica para que sea consumida por el resto de la ciudad (NetZero en energía).
Asimismo, el proyecto quiere ir más allá de ser un edificio inteligente y sostenible y, con ese propósito, se ha marcado como objetivo convertirse en un auténtico vivero de sensibilización ecológica, de eco-ciudadanos. De este modo, los promotores de la iniciativa contemplan la posibilidad de que en la segunda planta haya aulas donde se impartan clases sobre cómo incorporar «estrategias verdes», esto es, de cuidado con el medio ambiente, a un plano local, del día a día. Y para lograr premiar esta iniciativa tan exigente, el USGBC podrá acreditarlo con el LEED platino.
Tomado de: elblog verde, Twenergy.com
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