Algo que tomó a muchos por sorpresa fue recientemente el anuncio de la renuncia de El Papa Benedicto XVI a partir del 28 de febrero, citando su avanzada edad y estado de salud.
Pero a pesar de esta noticia, y navegando en portales relacionados con la temática sostenible, nos encontramos un artículo que explica el porqué es llamado el “Papa Verde”.
Durante su período él ganó el apodo de «el Papa verde» al hacer del ecologismo una cuestión moral. Fue decisivo en hacer del Vaticano una ciudad neutra en carbono. Desde la instalación de paneles solares en el techo del auditorio principal del Vaticano hasta montar en un papamóvil Renault eléctrico, Benedicto prestó apoyo al movimiento ambientalista a través de sus decisiones.
Con la elección de un nuevo Papa en el futuro, muchos están mirando hacia atrás en los logros de Benedicto XVI y el legado que deja tras de sí. Conocido por denunciar los males del consumismo desenfrenado y el abuso de los recursos del planeta, hizo el ecologismo un tema clave de sus anuncios doctrinales.
Además de las declaraciones oficiales, Benedicto XVI pidió la instalación de energía fotovoltaica en el techo del Vaticano, donó árboles a un parque nacional húngaro para neutralizar las emisiones de carbono de la ciudad, y utilizó vehículos eléctricos para el transporte.
Él era abiertamente crítico de la Conferencia sobre Cambio Climático de Copenhague en 2009, cuando los líderes no establecieron ningún tipo de conciencia en la regulación del clima, y las guerras que resultan de la competencia por los recursos naturales en países africanos. Durante una conferencia en el Vaticano sobre el cambio climático en 2007, puso de relieve «la contaminación del medio ambiente» como un nuevo pecado que requiere de arrepentimiento.
Citando el Génesis, dijo que el cuidado de la tierra es también la protección de lo que estaba escrito en las Escrituras. Un estilo de vida verde también está en consonancia con el compromiso católico para una justicia social y darle una mirada a los pobres del mundo, muchos de los cuales viven en países en desarrollo y son los primeros en sentir los efectos del cambio climático y los desastres naturales.
Como el calentamiento global continúa afectando al mundo, un incontable número de católicos, sin duda, buscan su nuevo líder para la dirección espiritual y apoyo. No se sabe si el sucesor de Benedicto XVI continuará con su interpretación de la doctrina, pero el ejemplo establecido por la Santa Sede ya es un paso en la dirección correcta.
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