En Vida Más Verde hemos informado sobre el continuo crecimiento de las energías renovables, más exactamente de la energía solar en Latinoamérica. Además hemos informado sobre grandes proyectos en este tema desarrollados en la región, por países que le apuestan a un futuro sostenible.
Un informe de Solarbuzz, empresa de investigación de mercado de energía solar, publicado recientemente, situó a Chile como líder en Latinoamérica en el uso de energía solar. Según el informe, el 51% de la energía fotovoltaica de Latinoamérica de aquí al 2017 será producida por el país, por encima de naciones como Brasil (37%) y México y Perú (2%, respectivamente). “Este 51% incluye no sólo los proyectos ya operativos, sino también, las solicitudes que el Estado ha recibido para los próximos años”, explica Chris Sunsong, analista de Solarbuzz.
El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) ha recibido 74 solicitudes para estudios de impacto ambiental para instalar granjas solares en el norte. “Si bien la capacidad total solar fotovoltaica en Chile es aún muy baja, hay una enorme cantidad de interés de inversores extranjeros para desarrollar nuevos proyectos”, dice Sunsong.
De hecho, uno de estos proyectos se convirtió en octubre pasado, en el primero en aportar energía al sistema interconectado. Se trata de la planta de La Huayca, a 80 km al sur de Iquique, una alianza entre la alemana Saferay y la chilena Seltec, que a plena capacidad a fin de año, suministrará 30 MW, suficientes para satisfacer la mitad de la demanda energética de una ciudad como Iquique.
Pero no sólo será este proyecto. Según confirmó Enel Green Power, subsidiaria de la italiana Enel, la empresa ya solicitó licencias ambientales para tres proyectos fotovoltaicos de gran magnitud, todos emplazados en la Región de Antofagasta y con una inversión de US$ 865 millones. Es, según Enel Green Power, la iniciativa fotovoltaica más grande presentada hasta ahora en Chile.
Sunsong explica que el explosivo crecimiento en la producción de esta energía, se debe a que está abandonando el nicho en el que históricamente se ha desenvuelto: producción rural fuera de la red y aplicaciones muy específicas.
Según el analista, además de los altos niveles de radiación del país, el explosivo aumento de proyectos se sustenta en la creciente demanda de energía de la minería, las políticas chilenas para inversionistas y el afán del gobierno de alcanzar el objetivo del 10% de energías renovables para 2024.
En cuanto a las limitaciones de esta energía, dice que a corto plazo será la dura competencia con otras fuentes de energía renovable. “La mayor parte de la generación de energía renovable en Chile proviene de la biomasa y pequeñas centrales hidroeléctricas, más baratas que la solar. Antes que esta energía pueda realmente despegar, tendrá que tener un precio más competitivo frente a otras fuentes”.
Con la información de:
www.latercera.com
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