Nuestro portal ecológico aliado Ecoportal, ha preparado un informe acerca de las 10 mentiras sobre las plantaciones forestales que hoy en Vida Más Verde traemos a ustedes en sus apartes más importantes.
Mentira N.1: Las plantaciones forestales son «bosques plantados».
Mentira N.2: Las plantaciones forestales mejoran el medio ambiente.
Mentira N.3: Las plantaciones sirven para aliviar la presión sobre los bosques.
Mentira N.4: Las plantaciones permiten aprovechar y mejorar tierras degradadas.
Mentira N.5: Las plantaciones sirven para contrarrestar el efecto invernadero.
Mentira N.6: Las plantaciones son necesarias para abastecer un consumo creciente de papel.
Mentira N.7: Las plantaciones son mucho más productivas que los bosques.
Mentira N.8: Las plantaciones generan empleo.
Mentira N.9: Los posibles impactos negativos de los monocultivos forestales industriales se pueden evitar o mitigar con un buen manejo.
Mentira N.10: Las plantaciones no pueden ser juzgadas en forma aislada.
Plantar árboles puede ser muy bueno, pero también puede ser muy malo. Depende de su objetivo, de su escala, del sitio donde se instalen y de los beneficios o perjuicios que generen para las poblaciones locales. Las plantaciones a gran escala con especies de rápido crecimiento, tales como eucaliptos y pinos, son las que generan mayores impactos negativos, tanto en lo social como en lo ambiental. Debido a dichos impactos, ese tipo de plantaciones ha dado lugar a luchas generalizadas en su contra. La respuesta de las empresas plantadoras y de los promotores que impulsan este modelo ha consistido en desmentir la ocurrencia de tales impactos y en elaborar y difundir una engañosa propaganda destinada a ganar apoyo en sectores no informados de la población. Entre las muchas falsedades publicitadas en favor de los monocultivos forestales a gran escala se encuentran las 10 siguientes:
Mentira N.1: Las plantaciones forestales son «bosques plantados»
Tanto los técnicos como las empresas insisten en llamar «bosques plantados» a las plantaciones. Esta confusión entre un cultivo (de árboles) y un bosque es el punto de partida de la propaganda en favor de las plantaciones. En un mundo concientizado sobre el grave problema de la deforestación, la actividad de «plantar bosques» es generalmente percibida como algo positivo. Sin embargo, una plantación no es un bosque y lo único que tienen en común es que en ambos predominan los árboles. Allí termina su similitud. Un bosque contiene:
– Numerosas especies de árboles y arbustos de todas las edades
– Una gran cantidad de otras especies vegetales, tanto en el suelo como sobre los propios árboles y arbustos (trepadoras, epífitas, parásitas, etc.)
– Una enorme variedad de especies de fauna, que encuentran allí abrigo, alimentos y posibilidades de reproducción
Esa diversidad de flora y fauna interactúa con otros elementos como los nutrientes del suelo, el agua, la energía solar y el clima, de tal manera que aseguran su autoregeneración y la conservación de todos los elementos que lo componen (flora, fauna, agua, suelo).
Las comunidades humanas también forman parte de los bosques, ya que muchos pueblos los habitan, interactúan con ellos y allí obtienen un conjunto de bienes y servicios que aseguran su supervivencia.
A diferencia del bosque, una plantación comercial a gran escala se compone de:
– Una o pocas especies de árboles de rápido crecimiento, plantados en bloques homogéneos de la misma edad.
– Muy escasas especies de flora y fauna que logran instalarse en las plantaciones
Las plantaciones comerciales requieren preparación del suelo, selección de plantas de rápido crecimiento y con las características tecnológicas requeridas por la industria, fertilización, eliminación de «malezas» con herbicidas, plantación a espaciamiento regular, cosecha en turnos cortos.
Por otra parte, las comunidades humanas no sólo no habitan las plantaciones comerciales, sino que normalmente ni siquiera se les autoriza el acceso, ya que son vistas como un peligro para las mismas. En el mejor de los casos, son percibidas como proveedoras de mano de obra barata para la plantación y para la cosecha de los árboles que se realizará años más tarde.
Como además su objetivo es producir y cosechar grandes volúmenes de madera en el menor tiempo posible, se puede decir que tiene las mismas características que cualquier otro cultivo agrícola. Por lo tanto, no se trata de un «bosque», sino de un cultivo, tal como es frecuentemente admitido por las propias empresas plantadoras al ser preguntadas al respecto.
En síntesis, una plantación no es un «bosque plantado», ya que además de todo lo anterior, resulta evidente que no es posible plantar, ni la diversidad de flora y fauna que caracteriza a un bosque, ni el conjunto de interacciones con los elementos vivos e inorgánicos que se dan en un bosque.
Mentira N.2: Las plantaciones forestales mejoran el medio ambiente
Presentadas como «bosques plantados», se dice que las plantaciones sirven para proteger y mejorar los suelos, para regular el ciclo hidrológico y para conservar la flora y la fauna locales. Todo ello es cierto en el caso de los bosques, pero no en el de las plantaciones. En efecto, las plantaciones a gran escala no sólo no mejoran el medio ambiente, sino que tienen impactos negativos sobre:
1) Los suelos. Este tipo de plantaciones tienden a degradar los suelos por la conjunción de una serie de factores:
– Erosión, en particular porque el suelo queda desnudo tanto durante los 2 primeros años posteriores a la plantación como durante los 2 años posteriores a la cosecha, lo que facilita la acción erosiva del agua y del viento.
-Pérdida de nutrientes, tanto por la erosión como por los elevados volúmenes de madera extraídos del sitio cada pocos años.
-Desequilibrios en el reciclado de nutrientes. Por tratarse de especies exóticas, los organismos descomponedores locales encuentran grandes dificultades para descomponer la materia orgánica que cae de los árboles (hojas, ramas, frutos), por lo que los nutrientes que caen al suelo demoran mucho en poder volver a ser reutilizados por los árboles. Tanto en el caso de pinos como eucaliptos, es común ver cómo se va acumulando sin descomponer la hojarasca sobre el suelo.
-Compactación, por el uso de maquinaria pesada, lo que dificulta la penetración del agua de lluvia y facilita la erosión.
– Difícil reconversión. Del conjunto de esos y otros impactos, resulta que en muchos casos resultará muy difícil poder volver a utilizar esos suelos para la agricultura.
2) El agua. Este vital elemento es afectado tanto en cantidad como en calidad:
– A nivel de cuenca, el volumen de agua disponible tiende a disminuir luego de la instalación de estas plantaciones. En realidades tan diversas como el sur de Chile, el estado de Espírito Santo en Brasil, Sudáfrica o Tailandia, se constata que el régimen hídrico sufre cambios negativos importantes como resultado de la plantación de grandes áreas de pinos y eucaliptos de rápido crecimiento,. Ello se debe a varios factores, pero el principal es el elevado consumo de agua de estas especies. Para crecer, los vegetales llevan los nutrientes del suelo hasta las hojas, donde se produce la fotosíntesis. El vehículo para llevar los nutrientes hasta la hoja es el agua. Para crecer más, necesitan más nutrientes, lo que implica mayor uso de agua para transportarlos hasta las hojas. Dado que se trata de extensas plantaciones creciendo a un ritmo muy acelerado, los impactos sobre el agua se vuelven cada vez más graves, llegando hasta la desaparición de manantiales y cursos de agua.
– Para confundir, los promotores de las plantaciones arguyen que algunas especies de árboles (en particular eucaliptos) producen más biomasa por unidad de agua utilizada y que por consiguiente son más «eficientes» que los árboles nativos. Sin embargo, no toman en cuenta que las plantaciones de eucaliptos son notoriamente «ineficientes» en la producción de alimentos, forraje, medicinas, fibras vegetales, frutos, hongos y otros productos que la gente local obtiene de los bosques. Además, resulta irrelevante definir la eficiencia de una plantación de eucaliptos para producir madera con una determinada cantidad de agua, si de todas formas utiliza más agua que la que el área puede producir.
-Las especies más comunmente utilizadas en plantaciones (eucaliptos y pinos) dificultan la infiltración del agua en el suelo, lo que, sumado al enorme consumo de agua, agrava los impactos a nivel de cuenca.
– La calidad del agua también se ve afectada, tanto por la erosión como por el uso generalizado de agroquímicos, que la contaminan.
3) La flora. Los impactos sobre la flora local son múltiples y graves debido a la gran escala de estas plantaciones, que afectan a una enorme cantidad de hábitats:
– En muchos casos, las plantaciones constituyen un factor de deforestación, ya que su instalación es precedida por la tala o incendio del bosque preexistente, tal como sucede a menudo en áreas tropicales y en particular en Indonesia. En estos casos el impacto es enorme.
-En la zona templada, la flora del ecosistema de pradera disminuye su abundancia y riqueza cuando sobre la misma se instalan plantaciones.
– En el área de la plantación, gran parte de la flora local es exterminada para evitar que compita con los árboles plantados y sólo algunas pocas especies logran instalarse al interior de las plantaciones. Pero incluso esas pocas especies son eliminadas cada pocos años, cuando la plantación es cortada y replantada, volviéndose a la aplicación de herbicidas para eliminar la competencia.
-Entre la flora que desaparece al interior de la plantación, es importante destacar muy especialmente la flora del suelo, que cumple un papel fundamental en el mantenimiento de la fertilidad del suelo en el largo plazo.
-El impacto ya mencionado sobre el agua también afecta a la flora local, incluso a gran distancia del sitio de la plantación.
4) La fauna. Los impactos sobre la fauna:
– para la mayor parte de las especies de la fauna local, las plantaciones son desiertos alimenticios, por lo que tienden a desaparecer. Las pocas especies que logran adaptarse, o son exterminadas (por considerárselas «plagas» para la plantación) o ven desaparecer su nuevo hábitat cada vez que la plantación es cortada para la venta de la madera.
– Cuando la plantación es precedida por la deforestación, el impacto sobre la fauna local es máximo.
-Al igual que en el caso de la flora, tanto la deforestación previa a la plantación como los cambios en el agua y el suelo afectan negativamente a una amplia gama de especies de la fauna.
-Los desequilibrios biológicos provocados por estas plantaciones frecuentemente dan lugar a la aparición de plagas que afectan a las producciones agropecuarias aledañas.
Espera pronto nuestra próxima publicación de este tema.