Según investigadores colombianos, ya se puede obtener un compuesto químico que es idóneo para fabricar bolsas o películas elásticas, con la cáscara y las semillas del lulo, así como con la cutícula de los tallos y hojas del árbol. El secreto está en la cutina, una molécula pequeña pero muy fuerte.
El lulo, una deliciosa fruta ácida, que crece de forma espontánea en la zona andina, se cultiva principalmente en países como Ecuador, Perú, Honduras, Panamá, Costa Rica y Colombia, y es utilizada para preparar jugos, sorbetes, mermeladas y postres.
El profesor Pedro Vanegas, científico del Grupo de Investigación en Procesos Agroindustriales (GIPA) de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, dice que “las características sensibles del lulo han hecho que tenga muy buena aceptación en mercados internacionales y que el país, por poseer las condiciones para sembrarlo, tenga la posibilidad de incursionar en grandes nichos”.
Los restos de la fruta, la pulpa, semillas y cáscaras que en la industria son desaprovechados, aunque no son sustancias propiamente nutritivas, tienen otras propiedades a las cuales se les puede sacar ventaja.
Precisamente, en la cáscara y en las partes aéreas de la planta (tallos, hojas, flores y semillas), se encuentra la cutícula, una capa cerosa que actúa como barrera natural para que el vegetal pueda evitar la pérdida excesiva de agua. Además, este material se compone de cutina, un polímero o macromolécula orgánica compuesta por dieciséis moléculas de carbono sin doble enlace y por dieciocho con doble (se les llama carbonos esterificados).
Por eso, los investigadores del GIPA examinaron la manera de extraer esas moléculas. El profesor Vanegas indica que la producción de un biopolímero que aproveche las características moleculares del lulo y esté disponible en la industria constituye una alternativa para reemplazar empaques y materiales contaminantes derivados del petróleo.
Un proceso muy efectivo
Según el profesor Vanegas, se pudo comprobar que hay mecanismos eficientes para extraer las pequeñas moléculas de cutina y elaborar biomateriales.
Los resultados indican que más de la mitad de la materia seca de la cutícula presente en el residuo de lulo podría usarse para producir elementos biodegradables (sustancias que pueden descomponerse de forma natural por la acción de agentes orgánicos, como microorganismos).
Con la información de:
www.unperiodico.unal.edu.co
UN Periódico Impreso N° 163
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