“Como flores hermosas, con color, pero sin aroma, son las dulces palabras para el que no obra de acuerdo con ellas”, Buda.
Como diría el mismo Buda: basta ya de tanta palabrería. No podemos seguir perdiendo el tiempo haciendo un enorme esfuerzo mental para recordar que tenemos, no que debemos, cuidar y preservar nuestro medioambiente.
No más discursos, hora de la acción. Llevamos más de 40 años creando movimientos mundiales cuyo único fin es el de erigir conciencias ambientalistas, gracias a nuestros hábitos nocivos de consumismo, que desencadenan la ya conocida tragedia de la contaminación.
Diferentes políticas con componentes ambientales, todas ellas derivadas de un sinnúmero de pactos globales de los gobiernos, están siendo construidas y contempladas en sus designios, pero estamos lejos, muy lejos de lograr el desarrollo sostenible de nuestros territorios.
Ahora bien, ¿quién nos dijo que el medioambiente nos va a esperar a que le sanemos esa terrible fisura que le estamos causando cada día más y más? ¡Nadie! Estos esfuerzos que se hacen ya no son suficientes, por eso mismo tenemos que movernos ya mismo, ponernos, como dirían por ahí: ¡Manos a la acción!
Pero, ¿qué es entonces manos a la acción? simple: es comprar solo lo necesario, es hacerlo de manera responsable. ¿Sabe usted cuántas toneladas de residuos producimos diariamente los seres humanos solo por satisfacer nuestro hábito consumista, que a veces es innecesario, acelerado e inconsciente? ¿No? lo invito personalmente a que busque estas cifras, ya sea acá en Vida Más Verde, en Google o en cualquier sitio web informativo.
Y en el mundo actual el problema no es solo consumir y producir millones de toneladas de residuos. Ahora el verdadero problema es la vida útil de los rellenos sanitarios, que cada día son atiborrados de basura y más basura, millones y millones de desechos tóxicos y no tóxicos.
Una posible solución para prolongar la vida útil de estos rellenos sería con un ejercicio sencillo: separando desde la fuente. Todos sabemos que los residuos que producimos en nuestros hogares son diferentes, a lo que deben desecharse de igual manera. Si tenemos en cuenta este punto, estos depósitos no estarían saturados. Recuerde: envases, baterías, pilas, bombillos, madera, computadores, entre otros, se manejan diferente a los residuos ordinarios: comida, papel y otros más. Separe correctamente los residuos y verá inmediatamente los resultados.
Por esto mismo no nos cansamos de decir que debemos inclinarnos por el consumo responsable y sostenible; por elegir los productos ecológicos, naturales y reciclables, los mismos que, además de ahorrarnos unos pesos, también nos ayudan a reducir el impacto ambiental.
Recuerde entonces que a partir de ya es que cada uno de nosotros vamos actuar para convertir nuestras ciudades en lugares ambientalmente responsables.
No podemos dejarle este problema a las generaciones futuras. Aquí no se trata de buscar héroes o de realizar grandes hazañas… No. Se trata de tomar conciencia y realizar acciones en pro de nosotros y de nuestro medioambiente. Es hacernos cargo de lo que actualmente está sucediendo, es buscar soluciones, es modificar los malos hábitos de consumo, es pasar del discurso a la acción.
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